sábado, 5 de marzo de 2011

CLÁSICOS BÁSICOS: Salsa besamel

Hoy os traigo una nueva sección: CLÁSICOS BÁSICOS, donde iré publicando todo aquello que usaremos asiduamente en la cocina y como complemento a otros platos.

Vamos a empezar con la Salsa Besamel.

Llevo un rato pensando en cómo poner las cantidades para esta receta y es que lo siento, pero es una de esas cosas de... ¿pero cuánta harina?... Depende.

¿De qué depende? Pues principalmente del uso que le vayamos a dar, así para unas croquetas, necesitaremos una salsa espesa y para gratinar unos canelones, una salsa más ligera.

Paso a deciros cómo suelo yo calcular:

INGREDIENTES
  • Aceite de oliva
  • Harina
  • Leche
  • Sal
ELABORACIÓN

A mí me gusta muchísimo la besamel, soy de las que piensan que nunca sobra y procuro hacer siempre una buena cantidad.

Preparamos la leche en un sitio a mano, pues en el momento en el que haya que añadirla no nos podremos entretener en ir a la despensa a por ella porque se nos quemaría la harina.

En una sartén grande echamos un chorrito de aceite, ni mucho ni poco, más o menos para cubrir el fondo.

Añadimos la harina. Yo suelo echar dos tenedores (si, lo se, los tenedores no son una medida muy precisa, pero es la medida que yo tengo cogida). Con un tenedor de madera, cogemos harina con la punta dos veces (calculo que serán como unos 20 gr) y lo disolvemos con el aceite.

Aquí es donde nos damos cuenta si nos falta aceite o harina. La mezcla no tiene que ser un barrillo ni hacer grumos, ni tampoco tiene que verse que hay aceite de sobra.

Ahora ponemos la sartén a fuego medio y tostamos la harina para que no tenga sabor a crudo. Pero mucho cuidado que no se queme.

Cuando la harina está tostada añadimos un poco de leche. Seguramente se nos hará un barro lleno de grumos. No pasa nada, pasamos a las varillas y removemos, removemos, removemos... si vemos que se nos quema, bajamos un poco el fuego y seguimos añadiendo leche hasta que la besamel tenga la consistencia necesaria, siempre teniendo en cuenta que cuando enfríe va a espesar aún más.

Salamos al gusto.

NOTAS

No os olvidéis de remover. Si lo hacéis con unas varillas no queda ni un grumo.

Para que la besamel ligue y no nos quede el aceite por un lado y la leche por otro tiene que hervir.

Cuanta más leche añadas, más cantidad de salsa, pero más líquida.

Si llegamos al final y nos damos cuenta horrorizados de que no tenemos cantidad suficiente para lo que queremos, no os preocupeis, que la cosa tiene "fácil" solución: Volvemos a empezar con el aceite y la harina y después, en lugar de añadir leche, añadimos la besamel que ya habíamos hecho y, como quedará más espesa, añadimos más leche... ya tenemos más.

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